El espectador privado

26 de marzo 2021 12:30 Virtual

Profesor Richard Peña

De los muchos conceptos que hay asociados con el cine, quizá uno de los menos estudiados y comprendidos es el público mismo. La composición del público cinematográfico ha cambiado significativamente a lo largo de la historia del cine.

En el momento actual, en el que el consumo mayoritario del cine se traslada de la pantalla grande a diversos dispositivos individuales, ¿cuáles son las nuevas formas del espectador? ¿Qué significan y qué impacto tienen los cambios en los modelos de distribución y en las formas de exhibir, apreciar y consumir el cine?

Crónica: El espectador solitario, del kinetoscopio a la realidad virtual

En el marco del seminario El público del futuro de la FICUNAM, Richard Peña, reconocido historiador y profesor de estudios cinematográficos de la Universidad de Columbia, ofreció una charla titulada El espectador privado, que rápidamente derivó en una reflexión más amplia sobre el espectador solitario a lo largo de la historia del cine y los medios visuales.

Peña inició su intervención recorriendo los orígenes del cine, remontándose a la cámara oscura y su papel en la configuración de una experiencia visual individual. Destacó cómo, desde sus inicios, el cine se bifurcó en dos caminos: el modelo colectivo de los hermanos Lumière, con proyecciones en salas, y el modelo solitario de Thomas Edison, con el kinetoscopio, un dispositivo que permitía ver películas de manera individual a través de una mirilla.

Este último, explicó, sentó las bases del espectador privado, una figura que ha resurgido con fuerza en la era digital a través del video doméstico, el DVD y, más recientemente, con los cascos de realidad virtual (RV). Peña estableció un paralelismo entre el kinetoscopio y los visores de RV: ambos aíslan al usuario, lo sumergen en un mundo visual y priorizan una experiencia sensorial íntima, aunque compartida en espacios públicos.

La charla profundizó en cómo estos dispositivos no solo cambian la forma de ver, sino también la postura corporal y la relación con el contenido. Mientras el cine tradicional exige un espectador estático pero en comunidad, el kinetoscopio y la RV imponen inmovilidad física pero permiten una exploración visual activa y subjetiva.

Un momento clave de la sesión fue cuando Paula, moderadora del evento, compartió una experiencia personal con un documental en RV sobre Auschwitz. Relató cómo la inmersión era tan intensa que la emocionó hasta las lágrimas, pero también la aisló físicamente de los demás. Esto abrió el debate sobre si la experiencia solitaria potencia la empatía individual pero sacrifica la dimensión social del cine.

Frente a esto, Peña sugirió que, aunque la RV puede generar una identificación más profunda y personal con lo representado, aún está por verse cómo los artistas aprovecharán estas herramientas para crear narrativas que trasciendan lo meramente sensorial y logren un impacto colectivo.

En el turno de preguntas, surgieron temas como la transición de espectador a usuario, la influencia de las plataformas digitales en la producción cinematográfica y el futuro del cine como institución cultural. Peña señaló que, si bien la tecnología expande las posibilidades creativas, también fragmenta al público y desafía la idea de una experiencia universal.

Conclusión final:

La reflexión de Richard Peña dejó claro que la tensión entre lo colectivo y lo individual no es nueva, pero se ha intensificado con la pandemia y la digitalización. El cine, como medio, está en un proceso de transformación profunda: ya no es solo una pantalla en una sala oscura, sino también un casco de RV, una pantalla de smartphone, una experiencia interactiva.

Sin embargo, más allá del dispositivo, lo que permanece es la búsqueda humana de historias que conmuevan, desafíen y conecten. El futuro del cine no dependerá solo de la tecnología, sino de cómo logremos equilibrar la inmersión privada con la necesidad de compartir, debatir y sentir en comunidad. El espectador solitario ha llegado para quedarse, pero no necesariamente para reinar en solitario.