Los Límites Del Público

Los Límites Del Público

Como programadores nos hemos acostumbrado en exceso a oír constantemente a nuestro alrededor frases como “Y esto, ¿le gustará a la gente?” o “esa película sólo les gusta a ustedes”. Aseveraciones paternalistas, seguidas de argumentaciones casi fascistas (las escasas ocasiones en que alguien enarbolaba dichas posiciones era capaz de argumentar algo), que hicieron de los programas de muchos festivales de cine, muestras y centro de exhibición no comercial lugares tan aburridos, repetitivos y previsibles como las salas de cine comercial al uso. Hoy, más que nunca, el único límite del público es el que le imponen los programadores papanatas, cortos de miras y aferrados a una concepción del cine polvorienta y anticuada. Hoy, más que nunca, lo que los públicos agradecen son programas (y por lo tanto programadores) que los desafíen, que los inquieten, que los remuevan por dentro... y así, recuperar aquella pasión por hablar de las películas, discutirlas, después de las sesiones. Hoy, más que nunca, cuando los cineastas ya se han liberado definitivamente de la pesada carga que podía suponer hacer una película y los públicos no tienen límites, hay que volver la vista sobre los programadores, ponerlos en el punto de mira, para cuestionar su trabajo en términos no solo cinéfilos, sino también creativos, formales e, incluso, filosóficos. Si los programadores son, en toda la cadena, quienes acaban funcionando como gatekeepers del cine que vemos, ¿quién y cómo vela porque estén a la altura del cine y los públicos del presente?

Gonzalo de Pedro | Josetxo Cerdán
Modera: Juan Pablo Bastarrachea